Como la vida misma

La carrera de Emilio Brentani era algo más complicada en tanto que estaba repartida en dos ocupaciones y dos metas bien diferentes. Un empleúcho de poca monta en una compañía de seguros le proporcionaba lo estrictamente necesario para subvenir a las necesidades de su propia familia. Su otra carrera era literaria y, aparte de una insignificante reputación- que más que su ambición satisfacía su vanidad-, no acarreaba ningún beneficio, aunque menos aún fatigas. Desde hacía muchos años, tras haber publicado una novela muy ensalzada por la prensa local, no había escrito nada, más por abulia que por falta de confianza.

Claramente consciente de la insignificancia de su obra, no se envanecía de ese pasado, pero creía hallarse aún, tanto en la vida como en el arte, en una etapa preparatoria, y en su fuero interno se consideraba a sí mismo como una máquina genial y de gran potencia que está construyéndose, pero que aún no ha entrado en funcionamiento.

2 comentarios:

Colifloressecas | 7 de julio de 2009, 13:08

como no amar a italo?

Olimpia. | 7 de julio de 2009, 14:15

:D

quería sacar "la conciencia de Zeno" pero no estaba en la biblioteca.